Es lo que suele ocurrir cuando hay poco cerebro, o más bien ninguno. Que lo que haces se vuelve en tu contra.
Francisco Cabañas, perro viejo y para nada torpe políticamente hablando ya lo decía “Estas cosas se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban”. Pues bueno, por el bien de la ciudadanía yo espero que este caso prenda una mecha que no se apague y que al final explote.
Lo primero que se me pasa por la cabeza es la torpeza de la alcaldesa Pilar Sánchez a quien no se le ocurre otra cosa que denunciar en la fiscalía anticorrupción a Pacheco por hacer lo mismo que ella hace. Es decir contratar asesores y de qué manera. Nada menos que 26, una cantidad difícil de justificar. Supongo que esta señora también tendrá que dar cuenta documentalmente de las cuestiones en las que fue asesorada por semejante tropa con los correspondientes estudios que hayan realizado, que supongo que en algún lado constarán.
En definitiva que la jueza que tomó declaración a uno ha ordenado que se investigue las contrataciones de asesores por parte de la otra. Lo que yo digo, una mecha que prende y que ojalá no se apague.
Lo segundo que me transita por la azotea es quizás una idea ingenua ¡Mira que si esto es el principio y los jueces comienzan a investigar la cantidad de garrapatas que cobran de las diferentes administraciones y que en realidad ni aparecen por sus supuestos puestos de trabajo sean asesores, empleados o contratados!
No creo que un simple ciudadano, que seguramente tendrá otras preocupaciones y a lo mejor poco tiempo para asquearse por este tipo de cuestiones, tenga tiempo de imaginarse la cantidad de miles de personas que cobran de forma ilegal e inmoral del dinero público sin realizar trabajo ni función alguna que lo justifique. Y digo bien MILES de personas que suponen cientos de millones de euros que mes a mes tenemos que pagar entre todos. Hasta los que no tienen ni qué comer ni donde caerse.
Ojalá que esta mecha no se apague y se lleve por delante este otro tipo de corrupción que es tan peligrosa y denigrante como la de la cosa urbanística.
Mientras tanto seguiremos viendo a adolescentes, casi niñas con un cheque de Carrefour de 90 euros para criar a su hijo ¡Malditos bastardos!
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