miércoles, 15 de junio de 2011

Vaya sorpresita

Cuando lo leí ni me lo creía. Pero sí era verdad. La señora Esperanza Aguirre apostando por las listas abiertas y por lo que parece de forma decidida.

Bien es cierto que apostar por este tipo de elegir a los representantes no es de derechas ni de izquierda, pero no sé... siempre me pareció que era algo así como una medida progresista.

Bueno al igual lo es, y al igual algunos estamos equivocados sobre lo que significa el término.

Cuestiones aparte, a mi me parece una propuesta no sólo acertada sino necesaria.

En primer lugar el hecho de que los partidos tengan que presentar a los ciudadanos unas listas abiertas va a provocar un cambio importante en la mentalidad, la estructura y composición de los órganos decisorios.

Me explico. Soy de la opinión que dentro de los partidos existen una especie de grupos organizados (mafias diría yo) cuya finalidad no es otra que conseguir el poder orgánico para conseguir luego el poder político. Las listas cerradas y bloqueadas son un colaero de inútiles, impresentables y sinvergüenzas que al amparo de un líder más o menos sólido y con proyección se nos meten en las instituciones a través de una elección. Pero eso no ocurriría si el voto fuera personal y no colectivo. Cada uno llevaría el resultado que el pueblo le dé sin el amparo de un líder y algo menos de unas siglas. ¿Se imaginan ustedes que el número 25 de la lista salga elegido y el nº 2 no? Ir el primero o el último podría tener menos valor, aunque bien es cierto que muchos ciudadanos no se complicarían la vida a la hora de poner las cruces.

Descerebrados los hay en todos lados eso está claro, pero a lo mejor muchos de los que forma esta tribu de aprovechados no se atreverían a plantar su nombre en una lista sabedores de que pueden quedar señalados y marcados. Habría cantidad de lobos que no podrían ponerse la piel de cordero.

Y en segundo lugar otro efecto positivo podría ser el hecho de que igual dentro de los partidos a alguien se le ocurre que si quieren alcanzar el gobierno deben poner a sus mejores elementos y no a aquellos que mejor sirve al grupo dominante, o que son más obedientes y ya ha llegado su hora de subir en el escalafón.

A lo mejor cuando llegue al grupo político un ciudadano o ciudadana preparado, con ideas interesantes y con carisma, en lugar de hacerle el boicot y aburrirlo pa que se vaya porque "¡qué coño sabrá creío éste que llega el último y quiere ser alguien, vamos que llevo yo doce años aquí pa dejarte pasar, venga hombre y vete por ahí!, lo acogen le dan su sitio, lo promocionan y lo ponen en el equipo titular porque se trate de una persona válida, que puede aportar mucho a su partido y a la sociedad y que puede ser un gran político y gobernante. Ganaríamos todos, su partido, la sociedad y los ciudadanos.

Pero bueno, esto es hablar por hablar y soñar por soñar porque dudo yo mucho que la medida de listas abiertas llegue a imponerse, y si ello ocurriera ya encontraría la mafia interna de cada partido la forma de que todo siguiera igual.

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