miércoles, 11 de enero de 2012

Los nuevos juglares.

Sólo hay una cosa que puede hacer más daño que un político corrupto, son dos políticos corruptos. Y sólo hay algo peor que dos políticos corruptos, un periodista corrupto.

Lamentablemente junto a la deslealtad institucional y política de algunos sujetos a los que hemos votado se ha ido desarrollando de forma paralela una deslealtad y corrupción de no pocos periodistas y medios de comunicación que han vendido su alma imparcial de informador por un puñado de muchos euros que dé bienestar y sentido a sus vidas.

Tan canallas como los políticos corruptos son los periodistas que utilizan su pluma unas veces como martillo para castigar a quienes  les conviene a ellos o a sus medios y otras como  abanico de aire fresco con el que dar vidilla a derminados personajes públicos a cambio de... 

Está claro, siempre el fin es el mismo, dinero.

¿Qué tiene que decir el mundo del periodismo de este señor? ¿No dice? ¿No opina? ¿Acaso sea que no es un hecho aislado?


Ahí los tienen, el señor y su juglar pagado de forma indecente y contratado  expresamente para cantar alabanzas  y escribir canciones.

Tan canalla el uno como el otro. 

Sé que no se puede generalizar, pero hay prensa y medios que informan según sus intereses. Y sólo tienen uno, el mismo que muchos políticos. 

Se conocen demasiado bien, crecieron casi al unísono.

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