miércoles, 4 de enero de 2012

Urdangarín.

Vaya con el muchachote. Con toda la presunción que se quiera me parece que lo de este sujeto no tiene nombre. Y por buscar un aspecto positivo, lo daría por bien empleado si con esto se consigue que los españolitos despierten y pongan fin a la monarquía con el reinado de Juan Carlos.

Y San se acabó. Que eso de que la corona (institución obsoleta que no hace más que recordarnos que somos desiguales) pase de padres a hijos pues mira, como que no. El principito que se busque la vida como todo hijo/a de vecino (hombre a ser posible de forma un poco más honrada). Y el hijo o la hija del Principito también, así como el hijo del hijo, del hijo.

Bastante tenemos con mantener a los politicos que elegimos y que luego nos cornean sin piedad. Pero al menos a estos podemos quitarlos.

Ya que estamos. Las responsabilidades penales a que haya lugar que las asuman todos y todas. Los que hicieron, los y las que firmaron y los que sabiendo callaron y encubrieron. 

A lo mejor así resultaría que la justicia es igual para todos, se llame Cristo, Cristina o Iñaqui.

En fin y por no darle más vueltas al igual el pollo este nos ha prestado un servicio impagable encendiendo la mecha y haciendo reflexionar a los ciudadanos.

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