lunes, 7 de noviembre de 2011

El comadreja.






Pues no, no estoy insultando a Alfredo Pérez Rubalcaba. Tampoco me río de su físico ni me estoy metiendo con él, al menos de mala manera.

Simplemente trato de reflejar la impresión visual desagradable que me produce su imagen que evidentemente se puede mejorar.  No lo digo porque sea poco agraciado físicamente. Cualidades tiene de sobra para enjugar este déficit. Lo digo sobre todo con la esperanza de que alguien se atreva a decírselo (lo haría yo mismo si supiera cómo).

Hay un par de cosas que creo que este hombre no puede hacer. Una es lo de las manitas. Eso de cogerse las dos manitas a la altura del pecho  unido a lo cargaíto que es de chepa da una imagen horrible, para mi incluso repulsiva. Me recuerda a una comadreja, a la de la película Ice Age.

La segunda es que debe dotar de más firmeza a su voz y a sus palabras. Ese especie de retranqueo que hace como repitiendo dos veces el mismo monosílabo  da una inseguridad tremenda a quienes le escuchan.

Ayer vi el programa de Salvados y la entrevista que le hizo el follonero. Rubalcaba bajó demasiado al nivel del presentador. Muy bien en otras circunstacias, pero no en éstas. No tuve la impresión de ver a un señor que podía ser presidente del gobierno. Sino a un señor afable, simpático, que entraba al trapo, con muchos recursos y muy sociable. Creo que debería haber dado otra imagen. Más seria y como candidato a la presidencia del país. Ni siquiera tenía que estar especialmente simpático, sólo correcto y marcar  distancias.

Creo que Rajoy estuvo mejor. Quizás porque habla poco y lo peor que le puede ocurrir en las circunstancias en las que está es que diga una frase de más, caiga en la euforia (el peor enemigo de un político en campaña) o diga algo de ese programa electoral que ni está ni se sabe.

No quiero meterme con Alfredo, sólo quiero que mejore.  Que el PP va a gobernar por mayoría ya lo asumo. Pero no es lo mismo por cinco que por cincuenta.

¡Por favor, esas manitas! 

Y ya que estamos. El señor Rajoy podía arrecogerse el labio, se le cae la baba por un lao. 

Pero bueno, veamos qué pasa esta noche en el debate.



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