domingo, 29 de abril de 2012

Todo es relativo, supongo.



Como muchos vecinos y ciudadanos, también he leído y discutido sobre el tema de los EREs. Y como cualquier ciudadano o vecino he sentido indignación y he expresado mis opiniones de forma más o menos vehemente y equivocado o no.
En este tema que nos ocupa hoy, hay algunas cosas en las que difiero de la jueza Mercedes Alaya y de algunos entendidos y entendidísimos del tema de los EREs y subvenciones irregulares (por llamarlas de alguna forma). Sobre todo un par de ellas.

La primera es que no creo yo ni por asomo que fuera Antonio Fernández el ideólogo que se inventó de la noche a la mañana una fórmula mágica para "agilizar"1* la concesión de ayudas o subvenciones a aquellas empresas que las "necesitaban"2* y poder así mantener su actividad económica, evitar despidos traumáticos y mantener "la paz social"3*
La segunda es que, mí, tiene la impresión de que en realidad lo que ha ocurrido es que se ha seguido con la dinámica imperante en la Junta de Andalucía de saltarse a toda costa el control político y fiscalizador que deben hacer tanto el Parlamento Andaluz como los diferentes órganos administrativos que velan por lo público. 
Vamos, que no es que haya nada nuevo sino que de la misma forma que desde la Junta se ha creado una red de fundaciones y empresas públicas con trabajadores y directivos que escapa al control político del Parlamento (la nada desdeñable cantidad de unos 25.000 nombrados a dedo y que el Gobierno andaluz ha intentado colar entre el funcionariado por la gatera), lo que se ha hecho es intentar aplicar el mismo modus operandi al tema de las subvenciones a empresas y Eres. 
Es decir, no se ha inventado ni se ha ideado nada, se ha utilizado el plan que ya existía en éste otro ámbito que nos ocupa con la sanísima intención de 1* conceder las subvenciones saltándose el control de los órganos políticos y fiscalizadores, 2* concederlas a aquellas empresas que... nosotros (por ellos) creamos que deben obtenerlas sin que se sepa a ciencia cierta cuáles son las condiciones y circunstancias en las que hay que concederlas ya que las concedemos (por ellos) según, sobre y trás lo que nosotros(por ellos) digamos o creamos. Y 3* para que no se nos alborote la peña más de lo debido y nos empiece a joder, perseguir y montar jaleo sobre todo si hay elecciones a la vista. 
En definitiva, es mi opinión, que el ejecutivo hizo lo que mejor sabe hacer aplicando el mismo modo de operar en la Consejería de empleo. Y en este caso la opción pasaba por inhibir la acción o la actuación de los servicios jurídicos de la Junta quien al parecer no veló por la legalidad y de la Intervención General que es quien fiscaliza los gastos que si bien  realizó los corrrespondientes reparos o no fueron lo sufiencientemente contundentes o fueron  sistemáticamente ignarados.

Si esto que expongo pudiera ser cierto, y yo creo que lo es, comprenderán que no puede haber sido Antonio Fernández  quien haya ideado nada, a lo sumo lo que habría hecho es aplicar de forma incorrecta la teoría que otro, más listo que él, le dejó encima de la mesa y se quitó de en medio, bueno o casi..

El señor Fernández no es la pieza de caza mayor que persigue la jueza, no es su fin último. Para alegría de Merecedes Alaya el ex-consejero Fernández es una gran pieza  que ha cometido el error de cruzarse de forma temprana ante su mira teléscopica al renunciar a su aforamiento. Y es que a nadie que tenga materia gris suficiente se le ocurre renunciar a su condición de aforado sabiendo como sabía que su foto está pinchada en el corcho de la jueza junto a otras dos más importantes.

No creo que la jueza esté dando un sólo palo de ciego. Los documentos y la información que he leído hasta ahora me indican el trabajo tan meticuloso y concienzudo que se ha estado haciendo. Y hay un dato que a mi particularmente me llamó la atención, y no fue otro que el hecho de quitar la investigación del caso a la policía y dárselo a la Guardia Civil. Este hecho posiblemte haya retrasado la instrucción del caso bastante tiempo, pero sencillamente y que nadie se ofenda, ni es el mismo rigor ni la misma forma de trabajar.

Este caso resulta ser como una madeja de lana que cuanto más se tira del hilo más grande se hace. 
No entro a valorar si Fernández debe o no estar en prisión preventiva. Y no lo hago porque lo que opino me sale de las tripas. Pero creo que la jueza ha mandado un mensaje contundente tanto a los señores políticos de la Junta algunos de los cuales van a ser otra vez Gobierno Andaluz, como a los miembros y funcionarios que por acción u omisión han permitido, han contribuido, no se han opuesto o no han denunciado lo que estaba ocurriendo. Y que en mi opinión van a ser los próximos que casi con toda probabilidad serán imputados e interrogados. En definitiva su señoría quiere que canten si hubo o no ordenes políticas para que no se cuestionara la forma de conceder las ayudas.
De aquí y de allá pretende la jueza sacar munición para cazar otras piezas. 


De momento la jueza no va a imputar a ningún personaje que esté aforado hasta que  no esté segura de tenerlo a tiro, y cuando lo haga el TSJA lo tendrá tan facilito que dificilmente se escapará la pieza por mucho personaje que sea y muchos jueces progresistas que haya.


A veces tengo la impresión que la señora jueza cree en la justicia tanto como yo. O mejor dicho en la aplicación de la justicia que al igual ni es igual para todos ni todos la imparten igual.


Este tema aún tiene recorrido y ni por asomo el fin está cerca. Es posible que Griñán pueda pasar un par de años como Presidente, pero segurmenete él y otros tendrán que sentarse en el banquillo a responder a las preguntas que les hagan tanto la jueza, la fiscalía, como los abogados de la misma Junta que se ha personado como acusación en este caso. Ironías y paradojas de la vida.

Y es posible que el señor Chaves pase también un par de añitos de tranquilidad, pero terminará calentando el banquillo como imputado. Y de aquí para abajo otros muchos.


Al final, puede que el retiro digno que Fernández le pidió a Griñán no sea en Jerez, sino en el Puerto. Y puede que no esté solo, sino acompañado por unos cuantos amigos que como él formaron parte del Gobierno de la Junta de Andalucía, a algunos de los cuales seguirá llamando "presi". Y allí con toda dignidad (¿habrá algo más digno para un ser humado que redimirse cumpliendo su pena?) pasarán calurosas tardes de verano jugando al dominó.

Y puede que yo me caiga de la cama y me despierte. 

Del auto de su señoría la jueza Merecedes Alaya, me quedo con una frase: “La política no puede ir contra la ley y el derecho”.

Que así sea.


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