domingo, 13 de febrero de 2011

Una de currículums.

Tengo asumido que en estas fechas las distintas opciones se ponen a engrasar la maquinaria y los responsables se devanan los sesos buscando diferentes maneras y formas de llegar al ciudadano y de atraer personas para su causa.

Esto no tendría nada de extraño si tal hecho se hiciera de una forma ética diciendo a los ciudadanos qué es lo que se pretende y a los colaboradores qué es lo que se les pide.

Desgraciadamente no todos se emplean con la misma transparencia cuando tratan con y a los los ciudadanos y a veces utilizan unos métodos que rayan en lo despreciable.

Qué me dirían ustedes si yo les cuento que pasando por la calle Chapinería observé a unas personas que entraban en un edificio con sus currículums en las manos y los entregaban, pero curiosamente el destino no era una empresa.

¿Raro verdad? Pues igual no. Debe ser que hay estrategias de marketing que se puedan aplicar a diferentes ámbitos de la vida social o laboral.

Me contaron que en las pasadas elecciones hubo una candidata que utilizó un ardid que le dio buen resultado. Cuando iba visitando barrios mandaba tomar los números de teléfonos móviles y más tarde los "afortunados" recibían una llamada para pedirles los datos. Curiosamente la candidata de esa ciudad consiguió ganar las elecciones. La lista de móviles lógicamente terminó en la basura, al igual que la ilusión de tales ciudadanos.

Es posible que algo parecido se repita y parece que pueda haber quien no tenga escrúpulos en jugar con la miseria y la desesperación de los ciudadanos y ciudadanas que peor lo están pasando y a cambio de la ilusión de recogerles un papelito, estas personas bajo sabrá Dios qué promesa, entregan su confianza y la de sus familias, además de mano de obra barata para dejarse la piel en lo que haga falta. Lógicamente, las ilusiones así cómo los dichosos papelitos terminarán en la basura fuere cual fuere el resultado de sus trabajos.

En mi opinión quienes hacen esto mantienen una actitud que merece toda la reprobación y desprecio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Viene a colación con lo visto hace unos dias en una calle de esta aldea siciliana; un cubo de basura llenito de currículums rotos con sus datos y fotos al aire libre ....

Tal que así,que diria mi amigo Paco,son las gentes de este pueblo que en sus búsquedas de empleos tan siquiera son conscientes de que no se le puede entregar a cualquiera un sencillo papel condenado a ser roto y tirado en los escrementos de la condición sine quanom, por no tener padrinos.!Usted no sabe con quien está hablando! coletilla de muchos que creen ser los dueños de la viña(no confundir con el barrio gaditano)

Anónimo dijo...

Y el marqués, dueño de aquel cortijo, le dijo al bracero:
- Y a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar.
A lo que respondió el jornalero:
- Si Don Cesar.


¡ Cuanto amo de cortijo campa por nuestra ciudad, comprando la vida de nuestra gente!.