Punalá trapera.

La entrevista del Diario al señor Cabañas es un acierto por parte del periodista y un error de calado por parte del entrevistado. No sé si decir que no tiene desperdicio o que es un auténtico desperdicio. Pero lo que sí tengo claro es que aparte de que el señor Cabañas es un aténtico bocazas le acaba de pegar a "su candidata" una auténtica puñalá trapera por la espalda y a la altura de los riñones.

Dejando al lado algunas críticas explícitas a su compañera de partido por su gestión con el clásico "yo ya se lo dije" no sé cómo se le ocurre a este hombre decir que "es perfectamente posible pactar con Pacheco". Una cosa es que lo piense, y no sólo que lo piense sino que lo desee, porque si algo tengo como cierto es que Cabañas ha sido uno de los principales animadores para que el innombrable vuelva. Pero otra muy distinta es que lo publique a los cuatro vientos con premeditación y alevosía. Porque eso es lo que parece.

Inmersos Pilar Sánchez y Pacheco en una guerra judicial de denuncias mútuas está claro que el precio de un posible pacto debe ser la cabeza de una u otro. Y me parece que lleva más tintes en ser la de una que la del otro. Pero ojo, que no todo es lo que parece, ni todo termina como se empicie, ni cómo se planea. Recuerden, la variante astuta.

Mañana el otro dará su rueda de prensa, ¡qué coordinación tan estupenda!, y veremos qué tiene que decirnos.

Supongo que la candidata del PSOE no habrá pasado hoy un día muy bueno que digamos viendo cómo su Secretario Provincial la pone a los pies de los caballos. Por tanto si esta señora tiene algo de estima a sí misma y a las siglas que representa, y es algo más lista que el Cabañas debe decir alto y claro dos cosas. La primera es que no va a pactar con Pacheco y la segunda que no se va a ir. Vamos que no va a ser su cabeza el precio de que el señor Cabañas siga en Diputación.

Una vez nomidada como candidata pensé que Cabañas se pondría a remar en la misma dirección con su íntima enemiga pero compañera de partido al fin y al cabo. Pero ya se ve que no, que sigue en sus trece de quitarla de enmedio y no tiene el menor rubor en hacerlo público.

En esto de la política no termina uno de aprender cosas. Pero no deja de sorprenderme la falta de escrúpulos de algunos que son capaces de cargarse a sus propios compañeros de partido en virtud de posibles futuros pactos con tal de conservar la poltrona.

Ya lodije en otro post y lo repito ahora, votar al innombrable es lo mismo que votar al PSOE.

Ahora empieza otra guerra, la guerra sucia. Nada de juegos, es la vida real. Peligrosa como ella misma.