La prepotencia, mala consejera.

Todavía me estoy preguntando a qué venía la urgencia de un Pleno extraordinario. Me parece que no soy el único. Cuando se trata de temas económicos y con la que está cayendo hace falta algo de más sosiego y de más estudio para abordar el tema con un mínimo de seriedad y eficacia. Evidentemente no ha sido así.

Mal planteado hasta en su convocatoria de la que IU y PSA se enteraron con muy escaso margen de tiempo para hacer un tratamiento adecuado. El PP seguramente por las prisas, incomprensibles, ha perdido una oportunidad de dejar a la altura del betún al Gobierno Local en su gestión económica de la ciudad. En definitiva mucha farfolla y pocos datos y propuestas concretas.

Las propuestas del PP parecían un refrito de otras que ya habían sido realizadas, e incluso algunas de ellas, como la de un estatuto económico especial para la ciudad, ya habían sido aprobadas anteriormente. ¿Qué pretendía la señora Pelayo con este Pleno? Supongo que un acoso y derribo del gobierno de la señora Sánchez, pero lo único que ha conseguido es ponerse en contra a los otros dos partidos de la oposición.

Los dos partidos IU y PSA coincidían en que el Pleno serviría para más bien poquito. Un Pleno inútil en el que lo único que parece es que la señora Pelayo pretendía además un lucimiento para erigirse en la estrella rutilante del próximo gobierno local. Equivocada y prepotente.

La prepotencia llevó a Pacheco a perder las elecciones de forma estrepitosa y a su defunción política, la prepotencia ha llevado a Pilar Sánchez a una situación crítica en la que ni ella misma sabe si está más allá que pacá, y la prepotencia puede llevar a la señora Pelayo, quien ya se ve de alcaldesa, a seguir cuatro años más en la oposición. Y es que los políticos a veces son como niños, pero bastante más tontos.

Lo he dicho anteriormente y lo repito, el PP necesita otro candidato. La señora Pelayo, ya se ve, es más de lo mismo.