Pero bueno, considerando que muchos de los que suelen asistir a ese tipo de celebraciones no deben ser amantes ni del respeto ni de la democracia, espero que el Presidente se pase por el forro los berridos de semejante caterva.
Esto no quiere decir que el señor Zapatero haya subido un ápice en mi estima personal. Lo cual, he de confesar, yo soy el primero en lamentar.
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