Anuncia que nos va a bajar los impuestos, y mientras tanto día tras día la prensa publica algún desastre relacionado con el ayuntamiento. O bien le cortan la luz en urbanismo o a los polideportivos, o les quitan los coches a la policía o a otras delegaciones, y suma y sigue.
Mientras que en casi todas las delegaciones faltan los medios elementales como papel (el higiénico también) nuestra insigne alcaldesa dice que habrá bajada de impuestos.
Esto sólo tiene dos posibles lecturas. Una que pretenda bajar algunos impuestos para minimizar o compensar los efectos del catastrazo->Pilar Sánchez. Y dos que con tal de ganar las elecciones y seguir en la poltrona esta señora va a arruinar del todo al ayuntamiento siguiendo la doctrina del más puro e insigne señor Zapatero.
¿Mira que si la señora se descuelga con que nos va a devolver 400 euros de nuestros impuestos a todos los jerezanos? ¡Yo la botaba!
Señora alcaldesa, bajar los impuestos en época electoral además de una soberana estupidez es una maniobra mezquina y contraproducente. Sobre todo en las circunstancias en que se encuentra el consistorio. Lo que tienen que hacer los políticos es gestionar bien los dineros públicos y no utilizarlos, por ejemplo, para engordar las chinches y garrapatas del partido de turno en el poder. Utilice los impuestos para prestar buenos servicios a los jerezanos y jerezanas y déjese de campañas de autopropaganda que pagamos todos.
Y si tiene o quiere que bajar los impuestos sea selectiva y hágalo con aquellas familias que lo están pasando realmente mal. El café para todos ni es café ni es bueno.
A mí no me baje los impuestos, por ahora puedo pagarlos. Mañana no sé.
Eso sí, líbrenos de ese catastrazo con el que tan insensata y alegremente nos ha obsequiado.
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