El estudio en mi casa fue una obsesión. Recuerdo mis tardes después del colegio, algo de juego y estudio. Y en verano después de la siesta a estudiar lecciones de memoria para repasar y ejercitar. Así un día y otro.
Fue mi madre quien, además de las labores de la casa, llevó el peso de mi educación y la de mis hermanos. Creo que lo hizo bien. Mi agradecimiento infinito. Por cierto mi "mare era más lista que mi pare de askí a Pekín".
De mis padres aprendí a distinguir entre lo que está bien y no. A respetar a mi prójimo. A ser honesto y no buscar el mal ajeno. A ganarme el pan con mi trabajo y no con el de los demás. A tener principios y a poner mi cerebro al servicio de lo que dicta mi corazón.
En el colegio aprendí todo lo demás. ¿Cómo coño iba yo a dedicarme a vivir de la política?
Ésta, es una hermosa forma de empezar mi post, que podría ser el post de cualquiera. Porque seguro que mis padres no fueron ni mejores ni peores que los de otros que seguramente les tendrán, o guadarán el mismo recuerdo y cariño que yo.
Pero lo que en realidad me apetece es escribir sobre la rebelión de los críticos.
Según me cuentan en la delegación de Infraestructuras se reunieron varios concejales del gobierno local: Antonio Fernández, Paco Benavent, Irene Canca, Barroso, Bermúdez y parece ser que también Juan Salguero.
Los que menciono son personas que están tan hartos o más que yo de de la forma de gobernar de doña Pilar, y no son gente que se achanten fácilmente. La postura que tomaron estaba clara y firme. Dispuestos a jugar fuerte incluso presentando la dimisión como delegados. Alguien debió comunicar tal hecho a la doña, porque parece ser que fue ella quien llamó a Benavent y le pidió que reconsiderara el volver a la Junta de Gobierno a cambio de restituirlo como delegado. Pilar sabía que si las dimisiones se producían estaba más que muerta políticamente. Todos estarían tiesos, pero llega un momento que ni eso importa. Naturalmente no fue ella quien le convenció, sino otra llamada. Otra conversación, otro contenido.
Me viene ahora en el recuerdo lo que dijo Griñán, "A los alcaldes los quita y los pone el pueblo". Lo que no se ha contado es que después de aquello hubo un cambio de opiniones más que razonadas al respecto. Y parece que lo último que quedó fue algo así como "Se dice lo que hay que decir cuando hay que decirlo, pero bueno ya se vería".
Naturalmente, ya se verá.
Creo que lo que hizo la alcaldesa no fue dar ejemplo, ni un aviso a navegantes. En mi opinión no midió las consecuencias del cese y cantó la gallina. No ha salido fortalecida, todo lo contrario, está más que tocada.
Si después de lo que está aconteciendo el señor Griñán mantuviera el texto de lo que dijo a los periodistas es que es más torpe que Abundio.
Pilar debería trazar una línea roja. Y quedarse fuera de ella. Yo, personalmente, desearía catar en el tiempo que queda cómo gobernaría el PSOE la ciudad donde vivo. Porque lo que hemos vivido hasta ahora es cómo gobierna Pilar Sánchez y la mesa camilla. Pero de PSOE nada de nada. Y ya que estamos, no vería bien esperar ocho o doce años. Que parece que es el camino que llevamos.
P.D. Debo ser de una especie rara, nunca estoy deprimido. Algunas veces estresado y otras hasta los güitos, pero bajo de ánimo o deprimido no. ¡Ánimo bloguero!
Bloguitori te saluta.
"Algunos humanos sólo podemos hacer pequeñas cosas, pero debemos hacerlas porque nadie podrá hacerlas por nosotros". (No sé quién dijo esto, pero suena hasta ahí de bonito).
1 comentario:
No considere usted el silencio como una descortesía.... sencillamente aplíquele el enunciado"quien calla otorga"-Pese a mi ruptura,considere usted mi propio y personal otorgamiento.
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