Griñán y las primarias.

Griñán no quiere primarias en el PSOE. Debe pensar el hombre que tal como está el patio interior esto de las primarias en ciudades de más de 50.000 habitantes, lo único que va a hacer es distraer y dividir más aún si cabe a la tropa, provocar luchas intestinas y actitudes del tipo ¡Ah pues si yo no tú tampoco! y esas cosas que a veces se dan dentro de los partidos.

Claro que entonces, cuando un candidato o candidata ha demostrado sobradamente su incapacidad para gobernar, y no sólo eso si no también su presdisposicióin innata a buscar o fabricar problemas donde no los había y además a crispar los ánimos de los trabajadores con una ¿precisión? ¿despreocupación? ¿decisión? que ni pensada a mala uva, pues no les quedan a los sufridos (algunos más que otros) militantes más que aguantarse con lo que hay en lugar de poder argumentar y proponer una alternativa y con ello poder provocar una participación y decisión real y democrática de sus huestes en un tema tan importante y cercano como es una candidatura para la alcaldía. Que para eso y por eso el PSOE es el adalid de las libertades y defiende la democracia por encima de todo y de todos. Menos, por lo que se ve, cuando se trata de contrariar al Secretario General de algo y en este caso además de la Junta de Andalucía.

Pues bien, cuando en aras de unos supuestos intereses electorales (cosa que habría que discutir al menos en Jerez) se cercena la posibilidad de que un grupo de personas militantes de este partido pueda presentar una alternativa conforme se recoge en los estatutos estatutarios de ése mismo partido, se está corrompiendo un principio básico de la democracia en un estado cuasi celular como es una organización, asociación o grupo; en este acaso político. Y no es otro que el de decidir, poder elegir y poder ser elegido.

Si los estatutos del PSOE dan la posibilidad de realizar primarias en las condiciones que se describan en los mismos. Ni Griñán, ni el Comité Federal, ni el Comité Director ni los Santos Evangelios deberían tener capacidad de maniobrar para impedir que se celebrasen allí donde se dieran las cicunstancias exigidas.

Señor Griñán la ley no se hace cuando se escribe sino cuando se cumple y la democracia no se construye cuando se habla de ella sino cuando se practica. Y si por los intereses que a usted le convenga busca subterfugios para saltarse a la torera esta miniley a la que está tan obligado como el más humilde de los militantes de su partido, explíquenos a los andaluces que si llega nuevo al poder se va aportar bien y no hará lo mismo allá donde estuviere y en las circunstacias que pudiere y le conviniere, en aras de sus intereses o los intereses electorales de su partido.