Me van a permitir que hoy no haga ningún comentario.
Lo que me pasa por la cabeza es aniquilador y posiblemente más inhumano que la tortura a la que es sometida la vaquilla. No quiero pecar de lo mismo que odio.
Ocurrió en Alhaurin el Grande. Después de esto el alcalde ha decidido suprimir la suelta de vaquillas en próximas fiestas. Pero no hay excusas ni para el ayuntamiento ni para "los jóvenes que venían de la discoteca".
¡Malditos bastardos!
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