Pero ojo que una cosa es poner de relieve posibles medidas de ahorro y otra bien distinta es manejar listados con nombres, apellidos, nómina y afiliación sindical. En estas cuestiones conviene no hacer el jilipollas por lo que pueda venir luego. Además lo que la primera dama acordó con algún sindicato no le queda más que cumplirlo.
Llama la atención que en el ayuntamiento ocurran cosas graves y el sindicalismo oficial dé la callada y la sumisión por respuesta y en cambio salte cuando se les restituyen derechos a los trabajadores.
Pero bueno, lo cierto es que si entre unos y otros logran reducir asesores, sueldos de políticos y de altos cargos del ayuntamiento al igual nos encontramos con que el ERTE no era tan necesario.
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