domingo, 28 de marzo de 2010

La batalla de los pluses.


Foto de la Voz digital


Éste es un tema sobre el que tenía pensado escribir y dar mi opinión. Pero con una cosa y otra como que se me fue de la cabeza.

El que los concejales del ayuntamiento sumen a sus remuneraciones como tales los trienios y sexenios (en su caso) que tuvieren en sus trabajos más los que vayan sumando cumpliéndolos en la política, fue aprobado en un Pleno gobernando el PSOE con mayoría absoluta.

Recuerdo unas declaraciones de Pilar Sánchez en La Voz de no hace mucho tiempo en las que decía que su sueldo eran 76.356 € al año porque los 9.564 € de trienios y sexenios no contaban puesto que eso se lo había ganado como docente después de 30 años de duro trabajo (no será en una escuela digo yo, porque de maestra estuvo poco tiempo).

Dejando aparte lo de cómo se lo ha ganado Pilar y el resto, que habrá opiniones para todos los gustos, lo que está clarísimo es que sí cuentan, claro que cuentan. Como igual le contaría si estuviera trabajando de docente.

Cuando un funcionario ocupa un cargo político electo, los años que está en este cargo le suman y cuentan para los trienios. Es decir que si está 3 años de concejal tiene un trienio más en su trabajo, sea abogado del estado, médico o docente. Pero cobrarlos debería cobrarlos a partir de que se reincorpore a su puesto de trabajo porque demasiado bien pagados están los políticos como para encima poder cobrar los trienios que han acumulado como docentes y los que están acumulado como políticos que les cuentan como si los hubieran conseguido siendo docentes.

A nadie se le pone un puñal en el pecho para dedicarse o seguir en la política, y quien añore cobrar sus trienios y sexenios siempre podrá cobrarlos allí de donde salió que la política debe cansar lo suyo.

Pero claro, como la mayoría, sino casi todos no vuelven nunca a su origen laboral pues ya se han inventado una forma de cobrar esos trienios que no cobraban. Sin caer en la cuenta que ya están sobradamente pagados con los sueldazos que se ponen y que nadie les controla.

Este asunto posiblemente sea legal, no lo sé. Pero no me parece ético por mucho que haya sido aprobado en un Pleno.

Los políticos como ya se ve, cuando se trata de ellos, siempre andan sumando, nunca restando. No entiendo que por el simple hecho de pasar de abogado o maestro a alcalde/sa tengas que multiplicar tu sueldo por dos o por tres.

Qué tendrá la docencia que tantos y tantas huyen de ella. O mejor dicho qué tendrá la política para que tantos trabajadores de la administración que fuere se abracen a ella como una religión. Desde luego no debe tener muchos inconvenientes, salvo que te pillen.

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